El arte abre espacios de creación y de discusión. En el 2016 tuve la idea de llevar una obra teatral a mi colegio. Los colegas incrédulos, los chicos desanimados porque era una obra clásica que ellos habían leído y no les gustó. Me arriesgué como siempre. Conseguí lo imposible en esa época: que el auditorio, solo conformado por adolescentes, vería una obra teatral clásica. En síntesis, 130 estudiantes tuvieron su primera experiencia con las artes escénicas, sin embargo, lo mejor fue que lo disfrutaron. A partir de ahí comenzó mi historia con las artes escénicas.
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