Aún tengo en mi cabeza aquel recuerdo desagradable de un día de diciembre que salíamos de la casa de una amiga a las 6 de la tarde después de hacer un trabajo grupal. Para cortar camino y llegar más rápido a nuestra casa, entramos a un pasaje, rápidamente nos dimos cuenta que al otro lado se encontraban un grupo de escolares que nos gritaron: Ya perdieron. Empezaron a corretearnos. Nosotras tres corríamos gritando desesperadamente. No entendíamos, estamos en medio de tantas casas y nadie salía a defendernos. Cuando de repente una señora mayor que venía de comprar pan nos cobijó y llamó al padre de mi compañera. Así pudimos regresar a nuestras casas. Con solo 13 años no entendía ¿Por qué esos chicos, de casi de nuestra misma edad querían hacernos daño? ¿Por qué los hombres no respetan a las mujeres? ¿Por qué no se trata igual a la mujer que al hombre? Actualmente vemos que esta situación no ha variado mucho, soy maestra de secundaria y trabajo con adolescentes, yo creo que los educadores debemos concentrarnos en desmontar el imaginario machista para lograr una sociedad equitativa. En mis clases incentivo mucho la capacidad crítica, por ello, cada semana sale un estudiante para exponer una noticia que haya analizado. Un día, Ana eligió una sobre la liberación del hombre que había maltratado a su pareja en un hotel. Salió en libertad a pesar que su delito se había evidenciado ya que una persona había filmado el incidente. Pero lo que llamó mi atención fue que ella lo hizo de manera indiferente. ¿Cuándo indagué el porqué de su indolencia? Me contestó:
Pero profesora esa noticia es común, diariamente se ve estos casos.
Entonces yo pregunté:
¿Por qué se da estos caso con tanta frecuencia?
Entre otras ideas, escuché algo que me asustó. Mi estudiante de solo 14 años dijo:
Seguro, ella se lo había buscado.
Allí surgió una gran discusión en el aula. Después buscar la reflexión sobre su desatinado comentario me propuse realizar un proyecto para que mis estudiantes valoren a la mujer en nuestra sociedad vivenciando la desigualdad de género. Generalmente, dentro de la capacidad de Comprensión de Textos Orales acostumbro trabajar análisis de vídeos. La primera actividad la realicé a la semana siguiente, llevé a mis estudiantes al aula de proyección. Allí, visualizaron el testimonio de la modelo africana Waris Dirie sobre mutilación genital (1). Al terminar la proyección silencio general, es muy raro esta situación. Me percaté que en los ojos de algunas chicas corrían algunas lágrimas y en las caritas de otros: asombro. Anthony rompió el mutismo escolar, me dijo:
No, profesora, usted nos está engañando, eso no sucede ya, estamos en el siglo XXI.
Entonces yo les leí un fragmento de un artículo publicado justamente sobre la lucha de algunas ONGs para que cesen estas absurdas tradiciones en África. Luego, escuché algunas opiniones una con más ímpetu que otras. Pero, Mayra, bastante atinada como siempre dijo:
Profesora, eso sucede en pueblos que tienen un alto porcentaje de analfabetismo, pobreza e ignorancia. No es cierto.
Yo rápidamente le respondí:
No siempre.
En ese momento tocó el timbre. Esa sesión había cumplido su propósito despertar el interés sobre los casos de violencia contra la mujer.
Al día siguiente traje unos audios de música de que ellos escuchan, inclusive bailan como la canción de Daddy Yankee que dice: “A ella le gusta que le den duro y se la coman” (2). Al principio, ellos lo tomaron a juego, se reían, se señalaban unos a otros acusándose que bailan. Pero, cuando le pedí que me explicarán cual era la intención de esa expresión. Se pusieron serios, sobre todo las chicas y terminaron aceptando que denigran a la mujer ya que solo se le considera como un objeto sexual. Como mis estudiantes están en Tercer año de secundaria aproveché las lecturas que aparecían en el texto escolar sobre La figura de la mujer en la publicidad. Dividí los textos por equipos de cuatro integrantes para que plantearán una tesis y formulen dos argumentos. Ya les había explicado la estructura del texto argumentativo. Cuando socializaron sus productos se llegó a la conclusión que aun en nuestra sociedad se desvaloriza a la mujer y que no existe una verdadera equidad de género. Inclusive, comentaron sobre la marcha Ni una menos. Me siento muy satisfecha cuando parte de ellos la intertextualidad y contextualización de los temas tratados. Marina, como siempre curiosa, se acercó y me preguntó:
Profesora, y no hay en la historia mujeres que hayan destacado luchando por qué siempre hay héroes y solo conocemos a heroínas como María Pardo de Bellido y a Micaela Bastidas, no hay más mujeres que han destacado.
Yo les respondí:
Claro que las hay, es más hay algunas féminas que han transcendido en el tiempo: sin embargo, no se las conoce.
Eso dio pie a mi siguiente actividad. Se acercaba el día de la Maratón de Lectura (3), tenía que aprovechar ese momento. Conversé con Juan, el profesor de Formación Cívica Ciudadana que le tocaba la misma aula que yo ese día. Le pregunté qué competencia estaban trabajando, él me contestó análisis de conflictos sociales, Así que le propuse hacer un proyecto con un solo tema que abarcará su indicador y el mío.
El día anterior ambienté un salón vacío con escenas donde las mujeres estaban liderando momentos importantes y otras donde se observaba la injusticia. Ellos entraron a este espacio con mucha curiosidad como diciendo ahora la profesora Nelly qué hará. Siempre disfruto viendo sus ojitos brillantes con ganas de saber que vamos hacer. Entonces colocamos un vídeo sobre la vida de Juana de Arco. luego el profesor Juan les explicó el contexto donde se desarrolló, su historia, indicó las causas y consecuencias del momento histórico para que entendieran su sacrificio. Hicieron muchas preguntas. Yo estaba muy animada con sus ideas y opiniones, presentía que lograría ampliar su mundo histórico - cultural. Entonces mediante una dinámica formé ocho grupos de cuatro estudiantes, a cada uno le tocó un personaje femenino. A algunos les tocó los libros de las Antiprincesas de Frida Khalo, Violeta Parra, Clarice Lispector. (4) A otros equipos les di materiales y les presté mi Tablet para que vean vídeos sobre la vida de Marie Curie, Irene Sandler, Flora Tristán, Edith Piaf, Malala. Me encantaba verlos entusiasmados leyendo y hablando de ellas.
Entonces les dije que tenían que preparar un mapa mental sobre su vida y obra para que exponga a sus compañeros. Yo les alcancé algunas imágenes. Me acercaba a cada equipo para asesorarlos, ellos manifestaban, por ejemplo:
Mis, como Edith Piaf con todos los problemas que tenía se atrevía a esconder a prisioneros de guerra exponiendo su vida. No entiendo como su corazón puede ser tan noble después de todo los pesares de su vida. Solo una mujer.
No entiendo, como Irena Sendler pudo salvar a tantos niños a costa de su seguridad, acaso no tenía miedo a los Nazis, bien merecido el Premio Nobel de la Paz.
Pobre Frida Kahlo, tantas desgracias no la amilanaron y todavía tenía ánimo para pintar. Qué valiente, ¿Hay en la historia algún hombre que hizo lo mismo que ella? Sus pinturas son reales, despiertan sensaciones. Algunas dan miedo; otras, pena.
Luego se pusieron a trabajar sus organizadores con tanto esmero que incluso no quisieron salir al recreo para terminarlo. A la hora de exponer se sensibilizaron tanto, que algunos me pidieron el material del otro grupo para que se lo lleven a sus casas y lo lean porque no le bastaba los que sus compañeros les había contado.
Fue una experiencia pedagógica increíble. No sólo porque identificaron temas, subtemas e ideas principales en un trabajo cooperativo sino porque esta actividad fue inspirada en valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad. Que busca encontrar nuevos caminos para cambiar conductas, prejuicios, creencias, pero sobre todo actitudes. Así continuaré promoviendo oportunidades de aprendizaje que pueda despertar el interés en mis estudiantes para lograr el desarrollo de su pensamiento crítico y reflexivo para gestar un compromiso con su entorno social.
Testimonio destacado
Con este testimonio fui premiada en el concurso Buenas prácticas para la construcción de una cultura de paz organizado por UNESCO en el 2018.